Lugares de interés de China (1)
Shaolin
Shi – Templo Shaolin – Dengfeng
El templo Shaolin, en la
región del monte Songshan, cerca de la ciudad de Dengfeng, en la provincia de
Henan, tiene la reputación desde la antigüedad, de ser el “primer monasterio
bajo el cielo”. Incluido en la lista de la UNESCO en 2010, el templo representa la cuna y
origen del budismo Chan (Zen) y las artes marciales chinas. En la actualidad,
podemos admirar un hermoso paisaje de bosques de pinos y bambú, con numerosos
pájaros, arroyos y una sensación de tranquilidad y paz muy agradables.
El templo Shaolin y sus alrededores ofrecen a los
visitantes, numerosas reliquias antiguas y atractivas, como el pabellón de los
dioses celestiales (Tianwangdian),
la sala Mahavira (Daxiongbaodian), el pabellón de los mil
budas (Qianfodian), o el de la nieve
púrpura, el bosque de pagodas (Talin),
la cueva de Damo o el centro de entrenamiento de Kung-fu del templo.
Lo primero que nos encontramos al llegar y subir sus
escalones hacia la puerta principal, llamada Shangmendian, es el cartel que reza “Templo Shaolin”, una
caligrafía regalo del emperador Kangxi (1622 – 1723) durante la dinastía Qing
(1644 – 1911) al templo. También hay dos leones de granito que datan de la
dinastía Ming (1368-1644). Nos encontramos en la primera sala, que representa
una talla del Buda Maitreya. Dentro, a ambos lados del pasillo central,
encontramos numerosas estelas conmemorativas de diferentes épocas.
Seguidamente llegamos al edificio de los 4 reyes
celestiales. La puerta está guardada por dos guerreros de fiero aspecto, con
curiosos nombres (Hu y Hah). Dentro encontramos a los cuatro reyes celestiales,
encargados, según la simbología budista, de proteger, ayudar y bendecir al
pueblo. Éstos representan también los cuatro puntos cardinales.
Un poco más adelante, siguiendo la línea central del
templo, está el pabellón Mahavira. Es quizás el edificio central del templo,
donde tienen lugar importantes celebraciones y es el lugar de los rezos y
recitación de los mantras y sutras. Podemos ver a los 18 arhats en sus paredes,
situados a ambos lados del altar principal, donde se ubican tres figuras del
Buda; el buda Sakyamuni en el centro (representa el presente), flanqueado por
el buda de la medicina y el buda Amithabha (el buda del futuro). A espaldas de
estas tres representaciones vemos a Kingnaro (protector de Shaolin) y
considerado como fundador del budismo Chan.
Casi al final de recinto, encontramos la gran sala de
los mil budas, con muchos antiguos dibujos –denominados “Wubishi”- en sus
paredes. Estos dibujos, bastante deteriorados, tienen una antigüedad de unos
580 años. En esta sala, famosa por su ‘hoyos’ en el suelo de ladrillos, dejados
por los miles de monjes que entrenaban en esta sala, podemos ofrecer incienso a
los budas. Hay 50 huellas, con un diámetro de unos 20 cm cada una. Es de las pocas salas que se libró de la
quema y destrucción parcial que sufrió el templo en el año 1928 por el general
Shi Yousan. (Ver película “Shaolin”).
Saliendo del templo, a unos 280 metros a su derecha,
nos encontramos con el denominado bosque de pagodas, con una superficie de 20
mil metros cuadrados, diseminado de cerca de 450 estructuras funerarias
budistas de diferentes épocas entre frondosos árboles sobre la ladera de la
montaña. Las hay de diversos tamaños y formas, dependiendo de la época y la
importancia y prestigio del personaje allí incinerado. Algunas alcanzan los 15 metros de altura,
mientras que otras apenas sobrepasan el metro. La más antigua que se mantiene
milagrosamente aun en pie, data del año 791 y es la pagoda Fawang. Por lo
tanto, tiene una antigüedad de 1221 años.
Aquí fueron depositadas las cenizas de numerosos
monjes y maestros del templo, a lo largo de sus años de historia.
Cabe reseñar que las pagodas son monumentos funerarios
que se dejan a la inclemencia y el paso del tiempo, y nunca son restaurados.
Lamentablemente, muchas de estas pagodas fueron saqueadas y en su interior no
queda nada. La más reciente es de apenas 6 años atrás y contiene las cenizas
del anterior abad de Shaolin, el venerable Shi Suxi (que tuve la ocasión de
conocer en persona antes de fallecer). En su pagoda podemos ver grabados de
trenes, ordenadores, coches, etc, representativos de la época en que vivió.
El bosque de pagodas es el recinto funerario con
pagodas más extenso de toda China.
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