¡Como los muertos!
Cierto día, un viejo maestro llamó a su discípulo y le dijo: “Ve al cementerio y allí, entre las tumbas, grita todo lo que puedas a los muertos. Escúpeles, tírales piedras. Insúltales con las palabras más soeces que conozcas. Espera un rato y luego regresa aquí…” El discípulo se encaminó pensativo hacia el lugar señalado por su maestro y una vez allí, con cierta timidez al principio, comenzó a lanzar toda clase de improperios e insultos en voz alta. Lanzó piedras sobre las lápidas y les escupió, tal y como se lo había pedido su maestro… Se sentó durante un rato expectante, a ver que sucedía, si es que tenía que suceder algo… pero nada, solo obtuvo un profundo silencio como respuesta… Luego regresó junto al maestro, esperando alguna explicación… El maestro preguntó: - “¿Has hecho todo lo que te dije?”… - “Si maestro, todo”, fue la respuesta del discípulo. - “¿Y que ha pasado después?”, le inquirió en anc