El aprendizaje de las artes marciales tradicionales, como es nuestro caso, se fundamenta a través de la incorporación a una escuela, donde el alumno aprende un estilo o sistema determinado y sigue sus tradiciones, lo que incluye sus líneas de conducta. Aunque esto, hoy en día pueda parecer quizás anacrónico, es en el fondo lo que muchos, sin saberlo van buscando. El estudiante repite incansablemente los movimientos y sigue las indicaciones de sus instructores y maestros hasta que, poco a poco, va adquiriendo las habilidades necesarias y se convierte en un diestro ejecutor de lo aprendido. En esos momentos ya es un exponente de ese sistema o estilo. Con el tiempo, cuando las bases técnicas ya forman parte de su bagaje y sus conocimientos, el estudiante comienza a interesarse por otros aspectos profundos del arte, aquellos que suelen trascender todo el contenido técnico. Pero para alcanzar estos niveles de conocimiento y poder llegar a ser una