Maestros y maestrillos Desde que por primera vez en mi vida, diera un puñetazo o una patada con cierto sentido marcial y guiado por un Maestro, han pasado ya muchos años. 39, más de los que me gustaría casi recordar. Eso me aporta cierto grado de experiencia tanto marcial como vital, y no ya tanto por los años, si no por las extraordinarias oportunidades que he tenido de conocer a gente de todo tipo en este mundillo. Creo poder afirmar con satisfacción que en este campo, he alcanzado todo lo que, casi sin proponérmelo, se podía esperar; entrené en Shaolin, con los mejores y más importantes Maestros, fui aceptado como monje en el monasterio, pude viajar por las tierras de China, y no como turista, compartí conocimientos con maestros de variados estilos, participé en varios campeonatos del mundo, conocí a leyendas vivas del Taijiquan, como los Maestros Wang Bo y su hija Wang Yang, y así, un sinfín de Maestros que me han aportado mucho, muchísimo conocimient