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Mostrando entradas de marzo 22, 2015
El Kung-fu y las lesiones             El monje Yan Guo cogió impulso y en apenas tres pasos, su cuerpo se elevó como un rayo por encima de la altura de nuestras cabezas, imprimiendo a todo su cuerpo un vertiginoso doble giro, mientras soltaba a la vez dos potentes patadas y caía luego en un perfecto equilibrio con las piernas totalmente abiertas sobre el suelo. Tras esa prodigiosa demostración de dominio de la técnica y la potencia de salto, se levantó como si nada. Cualquiera de nosotros, de haber sido capaz de hacer algo así, se hubiera roto por algún lado.             En mis dilatados años de experiencia en la enseñanza, he podido comprobar el cambio profundo que ha experimentado el estudiante medio en nuestras escuelas y creo que en casi todas las artes marciales en general.             Si bien la condición física de los estudiantes puede haber mejorado con los actuales métodos de entrenamiento, hay una manifiesta merma en ciertos aspectos que creo son relevantes en