Aprender y entrenar...
Posiblemente hayan pasado ya unos 18 años desde que se tomaron estas fotos que veis aqui. Fueron tomadas en el fantástico paraje de la Sierra de las Nieves, en pleno invierno, donde la temperatura no pasaba de los 2 o 3 grados, a una altitud de 1800 metros sobre el nivel del mar.
Fue durante uno de esos entrenamientos extremos que en aquellos años solíamos organizar en la naturaleza y al que solían asistir una decena de alumnos de la escuela.
Eran otros tiempos, donde el carácter de verdad se forjaba a fuerza de voluntad y un entrenamiento duro, a veces durísimo, pero que te llenaba de orgullo; te hacía sentir lo que hacías hasta la médula y te acercaba al verdadero espíritu de lo que representa el Kung-fu de Shaolin...
Los alumnos estaban hecho de otra 'madera', tenían algo de lo que la mayoría de hoy en día -sin menospreciar a nadie- carecen casi por completo. Era un compromiso serio y profundo con su arte, con su profesor y su Maestro. Había pasión y entusiasmo por lo que se hacía...
Nos pasábamos horas y horas entrenando fuera del horario habitual de las clases en la escuela, casi siempre al aire libre, aprendiendo y estudiando las técnicas, formas, el combate, las armas, etc.
Hoy en día, esto ya no se da. Incluso cuesta mucho esfuerzo conseguir que los estudiantes acudan a los cursos o entrenamientos especializados en alguna materia, donde realmente aprendemos cosas interesantes para luego poder desarrollar durante los entrenamientos. Las mentes y los intereses de los estudiantes se han dispersado por completo. Cada vez encuentro más complicado poder seguir una enseñanza cualificada y profunda, a pesar de que luego entrenan en las clases. Pero siempre digo que eso no es suficiente; durante las clases en la escuela lo que solemos hacer es enseñar un 10% y entrenar un 90%, lo que significa que el avance del alumno es muy lento. Lo ideal es que como mínimo fuera un reparto de este trabajo en un 50%...
Esto visto desde el prisma de la actualidad que he comentado antes, donde la mayoría carece de ese estímulo interno propio y necesita que se lo den desde fuera. Esto, es solo una consecuencia más de la sociedad en la que vivimos. Porque si tuviéramos ese espíritu intacto, lo correcto sería entrenar en el tiempo libre, lo que se aprende en la escuela. Así es como se enseña en China, en las escuelas tradicionales y así es como yo mismo aún aprendo cuando acudo a Shaolin. El Maestro Shi Yan Ao me enseña determinadas técnicas o ejercicios y yo los desarrollo luego por mi cuenta. Así se progresa muy rápido y lo que aprendes lo interiorizas adecuadamente.
Y así es como vamos forjando nuestro carácter, moldeando nuestra esencia para convertirnos en lo que queramos ser: mejor persona, más equilibrada, más en paz, con menos miedo y más fuerte en todos los sentidos.
No entender esto y entrenar superficialmente, es quedarse en la construcción de una fachada, que se nos caerá a pedazos ante la primera adversidad seria que se nos presente en la vida.
La elección es nuestra... y tu, ¿entrenas o aprendes?
Comentarios
... Un miedo muchas veces lógico y racional, que te podía paralizar o hacer que tus reacciones fueran desmesuradas...
Pero con los años y la practica adecuada, ese mismo miedo lo vas 'amaestrando', lo vas utilizando para agudizar tus reflejos, tus instintos de supervivencia, es decir, que no los eliminas, sino que los utilizas. Me he encontrado en alguna ocasión con miedo ante una competición, ante una exhibición o un examen... pero el entrenamiento de la mente consigue cambiar eso en tu favor.
Lo que si es cierto que el otro miedo, el irracional, ha sido eliminado por completo de mi mente y corazón. Hay entrenamientos muy importantes, quizás incluso más que el físico-técnico, pero que los estudiantes dejan muy de lado al no obtener un resultado inmediato. Y ese es un grave error, porque cualquier acción que emprendamos, está siempre sustentada por la mente y si a esta no la controlamos, mal nos irá..
Intenta asistir al curso que realizamos en 21 de este mes sobre meditación y te ayudará a comprender mejor. (contando de que seas de esta zona, claro).
En cualquier caso, gracias por tu interés.
Las dudas razonables son el camino que nos acercan a la comprensión de los fenómenos, tanto del mundo externo como del interno...