Cuentos (1)

EL PRÍNCIPE HIJO SIN PADRE
[El Poder de la Verdad]
Una vez, el Rey de Benares participó en un picnic en el bosque. Estaba feliz disfrutando de las flores, árboles y frutas. Observando toda esa belleza, caminó por el bosque y se alejó cada vez más. De repente se dio cuenta que estaba solo, lejos de sus acompañantes.Entonces, percibió la dulce voz de una mujer. Estaba cantando mientras recolectaba leña. Para no continuar solo en el bosque, el Rey siguió en dirección del sonido del canto. Cuando finalmente encontró a la mujer, vio que era muy hermosa e inmediatamente se enamoró de ella. Pasaron un rato juntos y el Rey la dejó embarazada de un hijo.
Luego se identificó a la mujer diciendo que era el Rey de Benares y le explicó cómo se había perdido en el bosque. Ella le indicó el camino de regreso. Al despedirse, el Rey le entregó su valioso anillo con su escudo grabado y dijo: "Si de nuestro encuentro nace una niña, entonces, vende el anillo y usa el dinero para criarla bien. Si nace un varón, tráemelo al palacio con este anillo de identificación." Luego partió hacia Benares. Cuando llegó el tiempo, la joven mujer alumbró un bello niño. Al ser tímida y de una procedencia sencilla, tenía miedo de presentarse con el bebé en el palacio de Benares y no lo hizo. Pero, mantuvo el anillo del Rey bien guardado.
Con los años, el bebé se desarrolló en un niño bien apuesto. No obstante, cuando jugó con los demás niños de la aldea, a menudo lo ridiculizaron y pelearon con él. Lo hacían, porque su madre no tenía esposo y lo llamaron "niño sin padre" para molestarlo. Naturalmente, esto hizo al niño sentirse abochornado y triste. A menudo regresó a su casa llorando. Un día, contó a su madre que los demás lo llamaban "niño sin padre" y se burlaban de él. Entonces, su madre le dijo: "No te sientas mal, mi hijo. No eres un niño ordinario como ellos. Tu padre es el Rey de Benares."
El niño se sorprendió mucho y preguntó a su madre: "¿Tienes una prueba de lo que dices?" Entonces ella le enseñó el anillo de su padre y le contó que si era varón debía llevarlo a Benares con el anillo como prueba. El niño, encantado, dijo: "Pues, ¡vámonos!, quiero conocer a mi padre." Debido a lo que había pasado, ella asintió y el día siguiente salieron hacia Benares.
Cuando llegaron al palacio del Rey, el portero los dejó pasar cuando se identificaron con el anillo. Entraron en el salón real donde el Rey estaba reunido con sus ministros y consejeros. La madre del niño se acercó al rey y le recordó de su encuentro en el bosque. Luego dijo: "Majestad, aquí le traje su hijo."
El rey se sintió avergonzado delante de todos los señores de la corte y, aunque sabía que la mujer decía la verdad, dijo: "Este no es mi hijo." Entonces, la joven madre le enseñó el anillo como prueba. De nuevo, el rey negó la verdad y dijo: "Este no es mi anillo." Entonces, la pobre mujer pensó: "No tengo testigos ni evidencia que compruebe lo que digo. Sólo me queda la fe en el poder de la verdad." Por eso, dijo al Rey: " Si tiro a este niño al aire, si verdaderamente es su hijo, ¡que se quede en el aire! Si no es su hijo, ¡que caiga al suelo y muera!"
Rápidamente agarró al niño por las piernas y lo tiró hacia el aire. A sorpresa de todos, el niño se quedó suspendido en el aire, con las piernas cruzadas y no se cayó. Nadie se atrevió a decir nada. Desde el aire, el niño habló al rey: " Mi Señor, es verdad que soy su hijo. Usted mantiene a mucha gente que no tiene lazos familiares con usted, hasta sustenta a numerosos elefantes, caballos y otros animales, sin embargo, rechaza ocuparse de mí, siendo yo su hijo. Por favor, le ruego, acépteme y cuide a mi madre y a mí."
Escuchando estas palabras del niño, el rey se impresionó profundamente y todo su orgullo se apagó. La verdad que el niño dijo era muy poderosa y le estrechó las manos diciendo: "¡Ven, mi querido hijo! Te prometo que cuidaré muy bien de ti." Asombrado por este milagro, todos los presentes en la corte también estrecharon las manos y pidieron al niño suspendido en el aire venir con ellos. Pero, él bajó directamente hacia los brazos de su padre. Con su hijo abrazado, el rey anunció que él será el príncipe heredero y su madre la reina principal.
De este modo, el rey y toda su corte conocieron el poder de la verdad. Benares se hizo famoso como lugar donde reinaba la honestidad y la justicia. Con el tiempo el rey envejeció y un día murió. En la fiesta de la coronación, el príncipe heredero aceptó la corona con el nombre "Rey sin Padre", para enseñar a su pueblo que todos merecen ser respetados, sin importar su procedencia. Se hizo un rey muy querido, que gobernó a su pueblo con gran generosidad y rectitud.

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