El Elefante y los sabios ciegos
Había una vez
en un lejano país de oriente, un grupo de seis sabios y ancianos que eran
ciegos. Jamás en su vida había visto un elefante y por lo tanto, no sabían ni
como era ni lo que era en realidad.
Cierto día,
pasó por su aldea un comerciante en un enorme elefante, así que los sabios
corrieron a tratar de ‘ver’ lo que era ese extraño animal.
Se acercaron
cada uno por un lado al elefante y comenzaron a tocarlo.
Uno, que cogió
su cola, le pareció que era como una cuerda. A otro, que estuvo palpando sus
patas las comparó con enormes columnas. Un tercero, tocando sus orejas, pensó
que era como un gran abanico de palma; El cuarto, tocando la trompa del animal
afirmaba que era como un enorme tubo. El quinto de ellos, tocando la panza del
animal le pareció una gran pared, mientras que el sexto decía que era como un
palo, al tocar los colmillos.
El comerciante
les preguntó sobre lo que creían que era un elefante, y todos comenzaron a
discutir entre ellos.
“Un elefante
es como una pared”, afirmaba uno…
“Pero que
dices”, continuaba otro, “se parece a una cuerda muy gruesa”.
“Qué
tontería”, decía un tercero, “si yo lo he tocado a conciencia y parece un
abanico”.
Así estuvieron
discutiendo acaloradamente durante un buen rato, pues todos querían tener razón
en su argumentación. Todos habían tocado y estudiado al elefante, y todos
parecían tener razón.
De pronto,
otro sabio que no era ciego y que presenciaba en silencio todo el alboroto
dijo: “Un elefante no es como una pared, o una cuerda, o un palo o una columna.
Un elefante es un elefante. Cada uno de vosotros ha tocado solo una parte del
mismo, y por lo tanto conoce solo una parte de la realidad del elefante. ¿Cómo
podéis conocer así la completa realidad del elefante?”
Una vez que la
gente tiene su punto de vista, se aferra a él y así bloquea la comprensión de
la verdadera realidad. Cualquiera que sea el tiempo en que te muevas, eres
parte del tiempo. Cualquiera que sea la situación y el espacio en que te
desenvuelves, eres parte de la situación y el espacio. Eres siempre una parte
indivisible de un todo. Esa es la esencia universal, de la que todos formamos
parte. No se debe usar la perspectiva egocéntrica de nuestro ego para juzgar
las cosas con solo los seis sentidos. No juzgues el ahora con la perspectiva de
ayer de tu ego.
Ver y juzgar
los problemas y situaciones desde este pobre punto de vista es crear
continuamente conflictos, con uno mismo, con los demás y con las circunstancias
que nos rodean. Es necesaria una visión global, sin prejuicios, para comprender
la realidad de las cosas.
¿Sabemos
hacerlo?... es más, ¿Queremos hacerlo de verdad?...
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