Entrenando en lo tradicional...
Las
legendarias historias que se contaban sobre los monjes guerreros de Shaolin, que antes de la invención de las armas de
fuego, usaban sus propios cuerpos como armas, son bastante exactas históricamente
hablando. Los monjes entrenaban hasta la extenuación, de una forma muy intensa
y dura, porque de no hacerlo así, en una confrontación, perderían algo más que
una lucha; Perderían sus vidas.
La naturaleza transitoria de
todas las cosas, como Buda enseñó, puede que en nuestros tiempos quede algo
difuminada, pero para los monjes de Shaolin era una cosa muy real y cotidiana. El
día menos pensado se verían envueltos en alguna de las batallas de aquella época
y ya no regresarían. Este hecho afinó sus mentes y les hizo enfocar un
entrenamiento durísimo para afrontar de la mejor manera posible estos hechos. Desarrollaron
así sus habilidades en el combate hasta extremos casi inhumanos, acercándose a
la invencibilidad que les dio fama a lo largo de la historia. Así fueron creándose
las 71 habilidades básicas del estilo, algo que en nuestros días casi se ha
perdido.
Muchos se cuestionan hoy en día
la utilidad de estos entrenamientos exhaustivos, incluso se plantean si un
monje ganaría a un luchador de MMA o un profesional del Muay Thai. Pero esto no
es la cuestión. Es un absurdo pensar así. Hoy en día, sabemos que la mayoría de
los estudiantes occidentales de Shaolin entrenan de forma muy superficial –aunque
hay excepciones, claro- en los horarios comerciales de las escuelas y gimnasios
convencionales. Pocos, muy pocos se toman en serio la idea de ir perfeccionándose
en el arte de los 72 ejercicios. Y menos aún siguen las enseñanzas
tradicionales de Shaolin, porque dicen no encajar en nuestra sociedad
occidental. Eso es un grave error de comprensión.
Si entrenaran de la forma
tradicional, podrían descubrir el enorme potencial que pueden desarrollar. No solo
adquirirían las habilidades de lucha superiores, sino que también su mente sería
más fuerte y equilibrada. Estas dos cosas, la mente y el cuerpo unidos por la
práctica de los 72 Gong, les convertiría sin duda en verdaderos guerreros y
luchadores. Sentirían que su cuerpo se ha transformado en acero y que su mente
es capaz de superar situaciones difíciles sin vacilar y estando en calma. Verían
que a través del duro entrenamiento, pueden comprender el verdadero poder de
Shaolin y sus técnicas y habilidades de combate.
Ciertas investigaciones modernas
han llegado a demostrar que el Qi-gong de Shaolin, practicado con asiduidad y
de forma correcta, condiciona el cuerpo y lo prepara para soportar miedos,
impactos y dolor, sin causar daños severos en el mismo. Existen pocos métodos
de entrenamiento –que yo conozca- que puede lograr esto de forma tan completa. Es
como una valiosa joya que los maestros antiguos nos han legado y, sería
arrogante, tonto, irrespetuoso y absurdo no usarlo para fortalecernos. No hace
falta inventar cosas nuevas; ya tenemos algo excepcionalmente valioso. Solo hace
falta ponerlo en práctica. Y hacerlo significa sacrificio, sudor, perseverancia
y muchas otras cosas más, que nos irán situando en la comprensión de los
conceptos morales (Wude) del Shaolin Kung-fu. Así vamos formando el guerrero
que deseamos ser.
Pero si se da el caso de que no
se es un convencido luchador, es decir, que no nos gusta competir, no importa,
porque podemos ir desarrollando igualmente estos ejercicios para nuestra salud,
con la misma dedicación e intensidad. Es un desafía para averiguar nuestra
capacidad, para empujarnos s ir cada vez más allá, tanto a nivel físico con
nuestro cuerpo, como a nivel mental. Puede convertirse en el desafío más grande
de su vida y en el entrenamiento más duro y sacrificado, pero cuando se
descubre el dominio de alguna habilidad, algo se hace fuerte en nuestra mente y
corazón. Nacerá la comprensión del Ch’an, de la filosofía que hay detrás de
cada gesto, de cada técnica, golpe y habilidad. Y entonces uno se siente
diferente, con fuertes raíces con su arte y con el templo de Shaolin. Aunque hayamos
convertido nuestro cuerpo en un arma, ya no nos interesará conquistar ni vencer
a nadie; Nos habremos vencido a nosotros mismos. Y venciéndonos a nosotros
mismos es la única manera de lograr la paz del corazón y el sosiego de la
mente, porque esa paz está solo dentro de nosotros.
Los 72 Gong son ejercicios para
aquellos que quieran desarrollar su Kung-fu al más alto nivel; No son para
principiantes, ni para aquellos que son débiles de mente, ni para los que se
auto-engañan queriendo ser lo que no son. Cuando empiezas a entrenar en serio,
no hay vuelta atrás; Ya no habrá excusa para no entrenar. Solo cuando no te das
ninguna excusa para no entrenar, sigues adelante en el camino de la
auto-disciplina y el sacrificio. Solo así podrás crecer como artista marcial y
solo así, por este medio, tu Kung-fu y tu espíritu serán dignos representantes
del templo. Solo así serás un guerrero…
Comentarios
2 - PAI DA GONG
3 - TIE SAO ZHOU GONG
Podríamos también -para mejor comprensión- hablar de los "72 métodos"...
Nada, simplemente era para saber de qué métodos hablabas en el post.
En cualquier caso, el orden de los ejercicios no es tan relevante, pues yo mismo he visto listas con distinto orden...
La debilidad (a menos que hablemos de debilidad física), efectivamente está en la mente, pues es desde ahí que se puede trabajar con ese aspecto. Conociendo los conceptos morales (Wude) de las artes marciales chinas, podemos fácilmente comprender cómo se puede fortalecer, y como es que se puede perder...