EJERCICIOS PARA DESAROLLAR EL AMOR Y LA BONDAD
("METTA BHAVANA")


            Dentro de la práctica de la meditación sentada en la escuela Shaolin derivada de las enseñanzas del propio monasterio, contemplamos una serie de técnicas perfectamente definidas. Estas técnicas también pueden ser denominados como métodos, pues ya en determinadas corrientes en el campo de la medicina psicológica se están implantando algunos de ellos, por su probada eficacia.

            Los dos métodos más relevantes dentro de la práctica del Ch’an Zuo Gong de Shaolin, pueden ser el Metta Bhavana y el Anapanasatti, o método de observar la respiración. Existen por supuesto muchos más métodos en la práctica de la meditación.

            La práctica de la meditación es absolutamente relevante en el progreso del estudiante, sin la cual, habrá seguramente aspectos que no podrá comprender ni desarrollar adecuadamente. Además, los beneficios a nivel psicológico de la práctica son bien conocidos, produciendo paulativamente una mejora en el estado esencial del practicante.

            Independientemente de que se incluyan en la práctica litúrgica del aspecto religioso del budismo de Shaolin, sus beneficios abarcan muchas áreas de nuestra mente, de las cuales podemos beneficiarnos. Aquí se puede comprender la esencia de la filosofía budista, la compasión.

Desarrollo de Amor y Bondad (La Metta Bhavana)

          “Bhavana” significa “cultivo” o “desarrollo” y “Metta” quiere decir “amor”, “amistad” o “amor y bondad”. Ésta es una práctica en la que, activamente, cultivamos estados mentales muy positivos hacia otras personas, así como también hacia nosotros mismos.

           Esta meditación nos ayuda a traer más armonía a nuestro contacto con los demás, de modo que tengamos menos conflictos, resolvamos dificultades existenciales y profundicemos en nuestras relaciones con la gente que convivimos. Nos ayuda a tener más empatía y a ser más considerados, amables y tolerantes. Asimismo, podemos aprender a apreciar mejor a los demás, concentrándonos en sus cualidades positivas y haciendo menos caso a sus errores.
Además, en esta práctica, cultivamos Metta hacia nosotros mismos, por lo cual, experimentamos menos conflictos internos y aprendemos a apreciarnos mejor.

El Cultivo de las emociones

          La idea de cultivar las emociones puede parecer un poco rara. Después de todo, ¿Acaso las emociones no “simplemente suceden”? Por lo regular, nos parece que brotan desde adentro de nosotros sin que nadie las llame. Parecen ir y venir, como el clima. La forma en que acostumbramos referirnos a las emociones sugiere una falta de control. Por ejemplo, nos “enamoramos”, nos “invade” la rabia, nos sentimos “deprimidos” (¿quién ejerce sobre nosotros esa depresión?) o nos sentimos “agobiados” por tanta tensión. Está claro que todo surge desde nuestro propio interior.

          Desde un punto de vista budista, las emociones no “simplemente suceden”. Son hábitos que uno crea de manera activa. Parece que tienen vida propia porque no estamos conscientes del momento en que las hemos creado. Si nos hacemos más conscientes de nuestra vida emocional podemos cultivar las emociones que queremos tener (las que nos hagan felices a todos). También, podemos disminuir el surgimiento de las que no queremos (las que nos hacen infelices y provocan conflictos con los demás, y que denominamos emociones destructivas).

           Siempre estamos cultivando emociones. Daré un ejemplo de cómo las generamos de manera inconsciente. Imagina que estás con otras personas y comienzan a hablar de todo lo que está mal en el mundo. Hablan de odio, guerras, intolerancia, maltrato a los niños, contaminación, etc. Conforme avanza la conversación y te vas involucrando más en ella, ¿qué sucede? Es muy probable que te vayas enojando o te deprimas o te sientas superior a otros. Al concentrarte en lo que te hace enojar o te deprime (sin tratar de ver, de un modo creativo, lo que en realidad puedes hacer al respecto) estás cultivando esas emociones.
Imagina lo que pasaría si haces lo mismo con cosas que estimulen el amor y el bienestar. Eso es de lo que se trata la práctica de la
 Metta Bhavana. Tan simple y tan complicado a la vez…

Formas de Cultivar Metta

          Es verdad que no puedes hacer que las emociones surjan; lo que puedes hacer es crear las condiciones para que surjan y ver qué sucede.

          Es como sembrar semillas. No puedes hacer que crezca la planta. Lo que sí puedes hacer es procurar que no le falte calor, agua y buena tierra y, además, ser paciente.
Cuando cultivamos sentimientos de amor y bondad nos estamos animando a desear que los demás estén bien. ¿Cómo establecemos las condiciones para hacer eso?

Ejercicio de Atención a las Emociones

       Lo primero que hay que hacer es tomar conciencia de cómo nos sentimos en este momento. Esto es básico.

       Prueba este ejercicio:

1. Siéntate en silencio y lleva la atención a tu cuerpo.
2. Conforme te hagas consciente de cada músculo, relájalo lo mejor que puedas.
3. Lleva la atención a tu corazón y ve qué emociones están presentes.
4. Sonríe suavemente y ve lo que pasa.
4. Recuerda: cualquier emoción que estés sintiendo (buena, mala o neutral) está bien. Puedes      trabajar con esas emociones y, de hecho, tendrás que partir de donde estés.
5. Cuando estés listo, vuelve tranquilamente al mundo exterior.

Sembrar las Semillas de la Emoción

         Para que crezcan las semillas de Metta necesitamos tierra y agua. La tierra es nuestra atención consciente. Deberemos mantener las emociones en nuestra atención, para poder cultivar emociones positivas. Al practicar la Atención a la Respiración nos enfocamos en las sensaciones físicas de la respiración. Ahora, en la Metta Bhavana, nos enfocaremos en las emociones.

          ¿Y cuál será la lluvia? La lluvia son los diversos métodos que podemos dejar caer en el corazón para estimular el desarrollo de las semillas de Metta. Hay cuatro métodos que me parecen muy útiles: las palabras, los recuerdos, el cuerpo y la imaginación creativa.

          Ya los veremos en su momento. Algunos te funcionarán bien y, quizá, otros no tanto. Es bueno probarlos y ver cuál se ajusta a tu personalidad. Lo importante es que le des su tiempo a cada uno. Igual que las semillas que germinan como respuesta al agua, es posible que tus emociones tarden en comenzar a desenvolverse, como respuesta al método que decidas emplear.





Usar Palabras o Frases

       Supongamos que cultivamos Metta hacia nosotros mismos (así es en el Primer estadio).

          El método clásico para la práctica de la Metta Bhavana son las frases. Es el que yo más uso y el que se usa también con mayor frecuencia en el monasterio. No hay límite para las palabras y frases que puedes emplear.

          La frase tradicional para el Primer estadio sería:”Que esté bien, que sea feliz, que esté libre de sufrimiento.” (Esto lo repetimos mentalmente muchas veces, al igual que se hace con los mantras y sutras)

         Cuando te digas la frase tienes que sentirla en verdad. También, recuerda estar atento a tus emociones. Además de repetir la frase una y otra vez, observa el efecto que tiene sobre tus sentimientos. Puede que en alguna ocasión te emocione pronunciar esa frase. Esto vale para cualquier palabra o frase que te digas (y puedes usar otras frases).

          Deja tiempo entre cada repetición de la frase, de manera que tengas tiempo de absorber su efecto. A menudo yo sincronizo la frase con el ritmo de mi respiración. Digo “que esté bien” en una exhalación. Luego durante la siguiente inhalación y exhalación e inhalación me sintonizo con el corazón para ver qué efecto tuvo. Luego, con la siguiente exhalación, me digo, “que sea feliz. Dos exhalaciones después me digo: “que pueda liberarme del sufrimiento”. Pero tampoco es demasiado relevante; Solo un consejo más.

           Cuando piensas estas palabras estás siendo activo. Cuando escuchas el efecto que tienen eres receptivo. En esta práctica tienes que ser ambas cosas: activo, para trabajar con tus emociones; y receptivo, para notar el efecto de tus acciones.

Es posible que construyas tu propia frase afirmativa.

Quizás elijas recordarte tus cualidades positivas y regocijarte en tus propios méritos. Todo ello es útil si es practicado de manera sincera.

Usar Recuerdos

           De nuevo, imaginemos que cultivamos Metta hacia nosotros mismos (en el Primer estadio de la práctica).

           Recuerda alguna vez en la que te sentiste muy bien contigo mismo. Quizá simplemente estabas de muy buen humor, quién sabe por qué. O acababas de obtener un importante triunfo.

           Recuerda cada detalle de esa ocasión. Mientras más vivo sea tu recuerdo, más probable es que revivan las emociones que tuviste aquella vez.

           Recuerda qué traías puesto, qué cosas viste, cómo estaba tu cuerpo, qué aromas percibías, qué decían los demás.

           Recuerda los detalles: la textura de tu ropa, la brillantez de los colores que veas, los tonos de las voces.

           Mientras más vivo sea tu recuerdo, más fácil ser que experimentes de nuevo aquellas emociones.

Usando la Imaginación Creativa

            De nuevo, imaginemos que cultivamos Metta hacia nosotros mismos (en el primer estadio de la práctica).

            Piensa en una situación que te haría muy feliz. A mí me gusta pensar que estoy practicando meditación en el risco de la montaña de Songshan, mientras observo un atardecer. Es algo que he hecho muchas veces y me trae hermosas sensaciones. La suave brisa en el rostro, los rayos de sol sobre la piel, la amalgama de colores de la montaña, las majestuosas vistas…

           Puedes pensar en algo que te daría un verdadero y profundo sentido de alegría y bienestar. Quizá te veas flotando en un gran globo aerostático sobre los Andes, o caminando en la luna, o simplemente acostado en la playa.

           Al igual que en el ejercicio de los recuerdos, procura incluir tus sentidos tanto como puedas. Haz que tu imaginación sensorial sea muy viva.

Usar el Cuerpo

         Tu postura corporal tiene un gran efecto en la forma en que vives las emociones. Cuando te deprimes, hundes el pecho, tus hombros caen al frente, no te paras derecho y tu barbilla cae hacia el tórax. Cuando tienes esa postura resulta virtualmente imposible que estés de otra manera. Si andas en ese estado de depresión, encorvado y sin esperanzas, es muy difícil que te sientas bien contigo. Ni siquiera podrás permitir que tu energía fluya correctamente por los meridianos.

          En cambio, cuando te paras derecho (y relajado), con el pecho abierto, los hombros hacia atrás y la cabeza erguida, es más probable que te sientas bien contigo. Así es más fácil que te sientas fuerte, capaz y te tengas confianza. Cuando estás enojado, tu cuerpo se tensa, los hombros se crispan y aprietas los puños. Si adoptas esa postura, en verdad comenzarás a sentirte agresivo. Y si relajas la postura cuando te sientes agresivo, notarás que tu ira se suaviza. Es como si nuestro cuerpo tuviera memoria.

           Puedes usar estos principios cuando medites. Deja que tu postura te ayude a cultivar Metta, asegurándote de no estar tenso o encorvado. Recuerda cómo se siente cuando tienes confianza, cuando estás feliz y lleno de energía. Deja que tu cuerpo te ayude a entrar en esos estados relajando tus músculos y manteniendo erguida la columna, con el pecho abierto. Imagina a tu cuerpo lleno de energía. Cuando empiezo a contactar con la memoria de mi cuerpo para recordar lo que es sentirse muy bien, por lo regular descubro que comienzo a sentir una potente energía en mis brazos y mis manos.

Sé Flexible en tu Enfoque

Yo tiendo a usar el método de los recuerdos, el de la imaginación creativa o el de la memoria corporal para contactar con un sentido de bienestar. Entonces, entono la frase tradicional: “Que esté bien, que sea feliz, que me libere de todo sufrimiento”.

Quizá sólo sea una preferencia persona, basada en lo que he aprendido y practicado con mayor frecuencia. Prueba distintos métodos y ve cuál te funciona mejor y cuál no.

No todos los métodos son buenos para cualquiera; pruébalos y ve.

Dale a cada método su oportunidad. Ten cuidado de no querer pasar de uno a otro apresuradamente, sin haberles permitido demostrar su funcionamiento.

Recuerda que, con cualquier método, ante todo debes enfocarte en tus emociones.

Un esbozo de la Metta Bhavana

En la práctica de la Metta Bhavana cultivamos amor incondicional, amistad, bondad. El objetivo es llegar a ser como una fogata emocional: un destello fijo de calor emotivo que abrace a todos los seres sensibles que podamos concebir. Es una meta al alcance de cualquier ser humano. Eso sí, se requiere tiempo y un esfuerzo constante.

La meditación se hace en cinco estadios. Cultivamos Metta hacia:

Nosotros mismos.

Un buen amigo, o un familiar cercano.

Una persona “neutral”, es decir, alguien por quien no sentimos nada en especial.

Una persona “difícil”, o sea, alguien con quien tenemos conflictos o sentimientos de animosidad.

Todos los seres sensibles (es decir, todos los seres que puedan sentir placer o dolor).

Iremos viendo esos estadios uno por uno. Te sugerimos practicar cada estadio durante un tiempo antes de pasar al que sigue.


Mis mejores deseos en el Dharma.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Gracias.

Entradas populares de este blog

LISTADO OFICIAL DE FORMAS DE LA ESCUELA SHAOLIN

PRINCIPIOS Y VALORES ETICOS DEL KUNG-FU TRADICIONAL

La alimentación en el Kung-fu