Entrenamiento de las posiciones
Cuando hablas con
diferentes compañeros y maestros sobre el trabajo de entrenamiento de las
posiciones, casi todos coinciden en afirmar que es algo realmente importante en
sus respectivos estilos. Pero luego ves trabajar a sus alumnos y realmente
pocos dejan ver ese exhaustivo trabajo en la dinámica de los Taolu que
ejecutan. Y no es que lo hagan mal, por supuesto, sino que adolecen de una
comprensión –o aprendizaje- adecuado del desarrollo de las posiciones.
Porque en estático, todos
pueden tener una estructura aceptable, incluso muy correcta, pero eso no es
suficiente. Casi todos los estilos de las aamm chinas, por no decir todos, son
tremendamente dinámicos en el desarrollo técnico. Algunos con posiciones más
altas y otros, generalmente del sur, con posiciones más bajas. Está claro que
cada estilo tiene una dinámica del movimiento particular y propio, que además
lo define técnicamente. Sin esta dinámica particular, muchos estilos cojean de
algo; Son como incompletos o hay algo –que muchos no sabrían definir- que no
encaja, que no es propio. Algo que diferencia a un practicante de otro experto
en el arte. Aunque ambos hagan exactamente lo mismo, hay una gran diferencia…
Y esa diferencia la marca
el trabajo que se tenga en el desarrollo de las posiciones en dinámico.
Decía mi maestro Shi Yan
Ao:
"闫家功夫的真谛不是形式,但是
jibengong、
工作和重复的基地"
“Yan
Jia, la verdadera esencia del Kung-fu no está en las formas, sino en el
Jibengong, en el trabajo y repetición de las bases”…
Esto puede resultar
incomprensible para aquellos que se dedican a recompilar formas y aprenderlas
sin más. No es que esto sea negativo en sí, pero cuando les ves demostrar sus
formas, notas que falta ‘algo’. Claro, dedican todo el tiempo a entrenar la
forma, sin que haya trabajo de base, aplicaciones y comprensión de conceptos
que esos movimientos encierran. No tienen estructura interna. Todo es pura –y bonita-
fachada. Los hay que incluso mezclan formas de diferentes estilos, sin tener en
cuenta que las raíces de esos estilos pueden ser netamente diferentes en cuanto
a conceptos profundos. Hablamos entonces del kung-fu deportivo, sin más,
perfectamente válido, pero muy alejado del sentido profundo de las aamm chinas.
Estos deportistas acaban no teniendo estilo alguno y practican Kung-fu o Wushu
de forma genérica. Pero no hay que confundir conceptos y plantearse seriamente
si lo que hacen es tradicional o no, que puede serlo, pero desde un prisma muy
superficial.
El trabajo de las
posiciones en Shaolin es realmente determinante para un posterior desarrollo de
todas las demás habilidades psico-físicas. Sin esa base sería muy posible que
todo lo demás se convirtiera en una práctica superficial, sin fundamento
sólido. Para ello existen diferentes métodos de entrenamiento, casi todos
comprendidos en el Jibengong tradicional.
No se puede, por ejemplo,
comenzar a trabajar con armas sin que el estudiante haya adquirido una base
sólida en sus desplazamientos y conozca la estructura de las posiciones. Tener que
estar corrigiendo las posiciones cuando que requiere especial atención con un
arma, es harto tedioso y casi inútil. Se acaban acumulando errores graves.
Así pues, el trabajo
cotidiano del Jibengong es absolutamente necesario para el correcto desarrollo
del practicante. Incluso los maestros más avanzados practican a diario
ejercicios en ese sentido.
"只有当你有很好地理解的单词,你可以写一本好书......"
“Solo cuando se tiene un
buen conocimiento de las palabras,
se puede escribir un buen
libro”…
Continuaba diciendo mi
maestro…
La
importancia de las posiciones
El correcto trabajo de las
posiciones cumple una función bio-mecánica muy relevante, sin la cual, muchas
de las técnicas realizadas con el tren inferior (patadas) carecen de los
factores necesarios para hacerlas efectivas, sin poner en riesgo nuestra
integridad física. También son importantes con el trabajo de brazos y manos,
pues sin una buena base, cualquiera de estas técnicas carece de potencia
suficiente. También desarrolla sin duda alguna la estabilidad y la masa
muscular, creando una estructura fuerte y sólida.
Diferentes
posiciones en Shaolinquan
En el Shaolinquan existen
un numero bastante elevado de posiciones de piernas, casi todas perfectamente
codificadas y estudiadas. Sin embargo, entendemos que el trabajo dinámico hace
que sea el practicante el que defina con exactitud los parámetros de sus posiciones.
No es lo mismo un estudiante de metro ochenta que uno de metro cincuenta de
altura. Proporcionalmente, las posiciones de piernas han de ser iguales, aunque
estéticamente difieran en apariencia.
Sin duda alguna, la posición más
importante es Mabu, o posición del caballo, que, junto a Gongbu, Pubu y Dingbu,
definen en cierta manera la estructura del estilo. En el caso de Mabu, la
posición de los pies es bastante amplia, con la pelvis adelantada. Se busca la
mayor movilidad posible de la cadera, en todos los ángulos posibles. Y debe ser
una posición muy dinámica, a pesar de ser muy bajo su centro de gravedad. Moverse
desde ahí con velocidad, precisión y potencia, es pues un duro reto a afrontar
por los practicantes del estilo. De ahí, los duros entrenamientos de resistencia,
tanto en estático como en movimiento trabajando esta posición.
Los monjes trabajan esta
posición colocando un bol con agua sobre la cabeza y había que mantenerla el
tiempo que duraba una varilla de incienso en quemarse (unos 20-30 minutos).
Otras posiciones de piernas
o corporales, reflejan actitudes determinadas (como chuopabu, o banmabu), que
buscan desarrollar habilidades físicas específicas, potenciando grupos
musculares muy definidos.
El Shaolinquan se caracteriza
–entre otras cosas- por la tremenda velocidad de sus movimientos y los
desplazamientos. Esto sin mermar o comprometer en absoluto la estabilidad o el
equilibrio de todo el cuerpo y sin perder ni un ápice de la potencia generada
precisamente de esa velocidad de ejecución. La translación de la potencia es precisamente uno de los conceptos que
se estudian y desarrollan en los entrenamientos avanzados. Esto significa el
trasladar la potencia a través de las cadenas cinéticas musculares y
articulares de un miembro a otro, sin que haya dispersión de la energía. Esto es
especialmente relevante en el trabajo del Xinyiba antiguo, donde la idea de la “energía
elástica” (Songjin Qi) y “energía de
escucha” (Tan jin) cobra especial importancia.
Teniendo en cuenta las
cadenas musculares y tendinosas, el desarrollo de fuertes posiciones es
determinante en la mecánica del movimiento corporal. Solo así se pueden generar
movimientos veloces y muy estables como los que podemos ver en determinadas
formas de Xiangxing (imitación). También una fuerte musculatura de las piernas
y cintura permite mayor potencia de salto.
El
método
Sin duda alguna, el trabajo
de base lo constituye en nuestro caso el Jibengong, una serie de ejercicios
codificados y estandarizados de repetición de movimientos que sirven para
adquirir la necesaria ‘memoria estructural’ del cuerpo. Estos ejercicios son
cadenas de movimientos corporales estudiados con un fin específico y con un
sentido definido, que no necesariamente tienen que tener una aplicación real en
combate. Deben servir para aprender a situar correctamente las diferentes
partes del cuerpo para que bio-mecánicamente tenga mayor rendimiento.
Al mismo tiempo contienen
las bases técnicas del estilo, tanto en movimientos de manos como de piernas. Es
–metafóricamente- como el abecedario del estilo, con el que posteriormente,
debemos formar frases coherentes.
El método de aprendizaje
comprende 18 combinaciones básicas, que van desde lo más simple hasta los
movimientos más complejos, cada uno enfocado a desarrollar determinadas
habilidades, como equilibrio, uso de caderas, etc.
El segundo grupo comprende
12 combinaciones específicas, cada una diseñada para el desarrollo de otras
habilidades, como coordinación bilateral, diferentes ángulos,
fuerza-relajación, etc.
Cada una de estas
combinaciones tiene maneras distintas de ejecutarlas, como por ejemplo el
desplazamiento de velocidad, sin perder la altura de la posición, o el trabajo
de elasticidad dinámica para mejorar la movilidad de las estructuras de la
cadera. También está el trabajo estático, de resistencia que busca desarrollar
la musculatura de las piernas. Un ejercicio que además, mejora mucho otras
cualidades psicológicas, como la fuerza de voluntad, el aguante, etc.
Errores
comunes
Hay muchos errores que
cometen los practicantes y sobre todo los profesores al no corregirlos
adecuadamente. Dejar pasar los detalles en este trabajo se convierte
posteriormente en un doble trabajo de aprendizaje, que puede bloquear el
progreso del alumno considerablemente. Veamos algunos de los más frecuentes:
·
Bajar poco las posiciones: esto resta realmente velocidad y
convierte cualquier desplazamiento en inestable, además de no potenciar el
desarrollo muscular. Las técnicas carecen de potencia.
·
Doblar las rodillas en ángulos
inadecuados: esto acaba
provocando a medio o largo plazo lesiones tendinosas y articulares, difíciles
de tratar una vez que aparecen. Ocurre mucho en Gongbu, donde situamos el
ángulo de la rodilla incorrectamente, produciendo una sobrecarga en los
ligamentos laterales de la rodilla y un aplastamiento progresivo del asta del
menisco externo. El pie debe estar siempre con toda la superficie en el suelo. En
Pubu, ocurre algo similar cuando los practicantes tienen poco flexibilidad
articular en caderas y bajan la posición elevando el talón del pie doblado,
doblando la rodilla en una dirección incorrecta.
·
No apoyar todo el pie en el suelo: a esto se denomina “posiciones aéreas”
porque el practicante parece flotar de una posición a otra, sin la más mínima
estabilidad. Afecta a la estructura de la rodilla.
·
Uso inadecuado de la cadera: esto genera una falta de potencia y
descoordinación de las técnicas de manos. No se puede hacer un uso óptimo de
los movimientos y gastamos mucha energía inútilmente.
Otros
conceptos
El último apartado, y no
por ello menos importante, es la relación psico-somática de las técnicas
corporales con nuestra mente, con lo espiritual del Kung-fu de Shaolin. En el
Shaolinquan original, aquel enseñado y practicado en el templo, no se disocia
la filosofía ni la religión de la práctica física. Todo es una sola cosa. Es más,
es precisamente a través de la práctica del kung-fu como se busca alcanzar
estados de conciencia más elevados, y esto no podría ser sin ir unido a la
meditación y la práctica budista.
El entrenamiento de las posiciones
hace necesaria una atención plena, una no-dispersión de la mente. Es tomar conciencia
corporal. Es desarrollar nuestras habilidades y cualidades físicas para cambiar
nuestra mente y adquirir mayor percepción espacio-temporal y consecuentemente,
un mayor equilibrio interior. De hecho está científicamente demostrado que, por
ejemplo, los practicantes de Kung-fu –fue el grupo estudiado- desarrollan una
mayor rapidez de reflejos motores que otros deportistas.
Por ello, cuando se trabaja
a conciencia este aspecto de las posiciones, uno comienza un camino de cambio,
tanto físico como psicológico. No es fácil este entrenamiento. Es de hecho muy
duro y para muchos, incomprensible e inútil. Simplemente no lo comprenden o no
son capaces de soportarlo. Pero si uno persevera, en pocos meses empieza a ver
cambios. Tu Kung-fu se ve diferente…
Entonces, se ve Kung-fu de
verdad…
Lo demás, es puro deporte…
y muchas veces ni eso; un puro e ilusorio baile…
Comentarios