La voluntad...
Uno de los estudiantes más jóvenes y serios del grupo de los adultos de nuestra escuela, me preguntó ayer noche, tras la clase, sobre cómo poder fortalecer la voluntad...
Ciertamente no es el único que se plantea esta cuestión -y es muy interesante que lo hagan- pues es una de las cosas por las que muchos abandonan sus entrenamientos; se sienten algo perdidos, confusos, sin ideales y sin comprender qué les guía y motiva en la vida. Desgraciadamente son muchos jóvenes los que se encuentran en esta extraña tesitura de la vida, sobretodo cuando de rondan los 15-17 años, edad en la que -casi siempre inconscientemente- se está formando el verdadero carácter de la persona.
Tener fuerza de voluntad es casi un pequeño milagro hoy en día, pues nuestra juventud tiene tantas cosas a su alcance que, unido a la enorme facilidad con que las pueden conseguir, hace que acaben no sabiendo valorar el sentido del esfuerzo del trabajo, la paciencia y la férrea voluntad de querer conseguir algo a través de estas premisas.
Por ello es de suma importancia, primero comprender el fenómeno psicológico que nos preocupa, darnos cuenta de qué pasa - o no está pasando- y actuar en consecuencia. Y la fuerza de voluntad, es una de esas cosas realmente importantes que hay que potenciar.
La fuerza de voluntad está íntimamente relacionada con los
siguientes elementos:
Para estar motivados es importante que la meta sea importante para
nosotros. Que sea nuestra meta y que sea realista, alcanzable.
La motivación está relacionada con darle valor a lo que hacemos*.
Con sentirnos entusiasmados y estar dispuestos a hacer el esfuerzo que se
requiere.
Es, en definitiva, una actitud ante la vida.
* Lee el cuento que hay en este mismo blog (El valor de las cosas).
Una buena autoestima. Una autoestima alta ayuda a mantener la fuerza de voluntad.
¿Por qué? ... Porque si me siento capaz de hacer las cosas, las voy a hacer a pesar de las dificultades. Si no me devalúo cuando fallo, no le temo a los errores y a los fracasos y éstos no me limitan. Un buen ejemplo de esto son los exámenes de grado, que nos sirven precisamente para auto-evaluarnos en nuestro progreso.
¿Por qué? ... Porque si me siento capaz de hacer las cosas, las voy a hacer a pesar de las dificultades. Si no me devalúo cuando fallo, no le temo a los errores y a los fracasos y éstos no me limitan. Un buen ejemplo de esto son los exámenes de grado, que nos sirven precisamente para auto-evaluarnos en nuestro progreso.
Tolerancia a
la frustración.
Tener fuerza de voluntad implica actuar. Y actuar, significa esfuerzo, progreso y frustración (¿No es esto lo que hacemos día a día en los entrenamientos?...). Si acepto la frustración como parte de la vida y aprendo a tolerarla y a manejarla, mi fuerza de voluntad no se debilita.
Tener fuerza de voluntad implica actuar. Y actuar, significa esfuerzo, progreso y frustración (¿No es esto lo que hacemos día a día en los entrenamientos?...). Si acepto la frustración como parte de la vida y aprendo a tolerarla y a manejarla, mi fuerza de voluntad no se debilita.
Creencias equivocadas respecto al cambio, éxito y fracaso.
Nuestros pensamientos, ideas y creencias influyen en nuestras emociones y en nuestra conducta. Si estoy convencido de que no soy capaz de hacer ciertas cosas, ni siquiera voy a intentar hacerlas. Si creo que mis errores demuestran que soy un fracasado, ante la posibilidad de no tener éxito me justifico, diciendo que no tengo fuerza de voluntad.
Pero nuestras creencias y estilo de pensamiento pueden estar equivocados y pueden ser cambiados.
Nuestros pensamientos, ideas y creencias influyen en nuestras emociones y en nuestra conducta. Si estoy convencido de que no soy capaz de hacer ciertas cosas, ni siquiera voy a intentar hacerlas. Si creo que mis errores demuestran que soy un fracasado, ante la posibilidad de no tener éxito me justifico, diciendo que no tengo fuerza de voluntad.
Pero nuestras creencias y estilo de pensamiento pueden estar equivocados y pueden ser cambiados.
Cuando sientes que te falla la fuerza
de voluntad, pregúntate a qué crees que se debe.
¿Tal vez no estás motivado, porque no es algo que tú realmente deseas?
¿Quizás consideras que no vale la pena el esfuerzo?
¿Que el costo es mucho mayor que el beneficio?
¿O crees que no vas a poder lograrlo?
Si es así, ¿por qué lo crees?
¿Piensas que no puedes soportar el malestar momentáneo que implica hacer el
esfuerzo?
¿Crees que si no lo logras, vas a ser criticado por los demás o por ti mismo?
¿No sabes cómo hacerlo?
Analiza estas y otras posibles opciones y descubre la causa real que te está
impidiendo realizar el esfuerzo necesario para lograr tus metas. esto lo puedes realizar siempre tras una clase, una competición o un examen.
Con frecuencia, tenemos ciertas opiniones y criterios equivocados y un estilo
de pensamiento parcialmente incorrecto, que nos impiden lograr nuestras metas y
mejorar nuestra calidad de vida. En esto, el budismo de Shaolin es de gran ayuda.
Pero estos obstáculos tienen solución.
Podemos vencerlos.
Adopta una actitud positiva.
Confía en que sí puedes lograr lo que te propongas.
Sólo tienes que aprender a vencer dichos obstáculos.
No te regañes por lo que no has hecho.
No busques ejemplos que demuestren que, como no lo has logrado en el pasado, no
lo vas a lograr en el presente o en el futuro.
Recuerda que tu conducta es resultado de lo que has aprendido.
Todo aprendizaje puede ser substituido por uno nuevo.
No confundas la fuerza de voluntad con el sacrificio y el sufrimiento que
piensas que ésta implica.
Para aprender una conducta o un nuevo hábito, tenemos que practicar,
equivocarnos, corregir los errores y seguir practicando. Es, en definitiva lo que hacemos en los entrenamientos.
Todos tenemos facilidad para hacer algunas cosas y dificultad para otras.
Lo importante no es hacer sólo lo fácil.
Lo verdaderamente importante, es hacer lo que necesitamos para estar mejor.
Las cosas son difíciles cuando no sabemos hacerlas y se vuelven fáciles cuando
aprendemos a realizarlas.
La frustración es el
sentimiento que surge cuando no logramos nuestros deseos. De acuerdo a la
intensidad de la frustración y a nuestras propias características personales,
reaccionamos con molestia, ansiedad, depresión, angustia, enojo, etc. La base del problema
no está en el dolor y la frustración que vivimos, sino en nuestra actitud ante
ellos.
Actuamos como si el
malestar y el sufrimiento pudieran acabar con nosotros. Y creemos que estas
emociones no deben de ser parte de nuestra vida.
Tolerar la frustración significa poder enfrentar los problemas y limitaciones
que tenemos a lo largo de la vida, a pesar de las molestias o incomodidades que
nos causan.
La baja tolerancia a la frustración está relacionada con dos elementos:
1) Una percepción equivocada y exagerada de la situación que estamos
viviendo.
2) La creencia de que es horrible vivir el malestar y no lo podemos ni
queremos aguantar.
Finalmente, debo señalar que todo esto está implícitamente recogido en el código ético y moral de la enseñanza filosófica de Shaolin (Shaolin WuDe), que si la analizamos y estudiamos con detenimiento, descubrimos la esencia y el fundamento de toda práctica marcial y en especial del estilo Shaolin.
YI ZHI - voluntad
Mostrar una fuerte voluntad lleva mucho tiempo. Hay gente que es muy impulsiva, pero no tiene voluntad, y por lo tanto caen muy rápido en la desidia. La voluntad depende en gran medida de la sinceridad con que te entregues a tu objetivo.
Hoy en día es muy fácil dejarse llevar por la desgana, cuando hay tantas cosas diferentes que podemos hacer, y muchos medios para lograrlo. La oferta de actividades es tan grande y variada, que es muy fácil dejarse llevar por las modas imperantes, convirtiendo a los principiantes de las Artes Marciales en simples marionetas sin voluntad, que a la más mínima, dejan lo que están haciendo por otra cosa más atractiva, y sobretodo menos sacrificada.
Ese esfuerzo y sacrificio, requiere de un fuerte espíritu, algo de lo que actualmente adolecen nuestros jóvenes en su inmensa mayoría. Esta es también una de las razones por las que las artes marciales tradicionales están decayendo tanto, pues es cada vez más complicado encontrar verdaderos alumnos interesados en estos aspectos del Arte. Se prefiere practicar algún arte marcial que esté de moda, y del que te convenzan que es el mejor y más efectivo. Nada de filosofías y moralidades! Solo importa pegar fuerte y ser agresivo.
Entrenar con tesón y sin rendirse, en los días de intenso calor, o de frío y lluvia, o cuando nuestros amigos están tan ricamente tomándose unas cañas en la terraza de un bar, supone una gran prueba de voluntad. Si te planteas tu entrenamiento y aprendizaje como algo muy serio, entonces deberás tener una voluntad de ‘hierro’, y saber prescindir, cuando sea necesario, de muchos otros placeres de la vida. Si no comprendes esto, plantéate muy seriamente tu actitud y futuro como Artista Marcial. Si fracasas, no le eches la culpa al estilo o al Instructor o Maestro. Busca el porqué en ti mismo, en tu manera de afrontarlo y entenderlo.
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