Reflexión de hoy...

A medida que maduramos en la vida espiritual,

nos sentimos más cómodos con las paradojas, 

más apreciativos con las ambigüedades de la vida,

sus muchos niveles y conflictos inherentes.

Desarrollamos un sentido por la ironía de la vida,

la metáfora, el humor y la capacidad de abrazar todo,

con su belleza y furia, en la gracia cálida del corazón.

Jack Kornfield

Madurar espiritualmente es soltar los modos rígidos e idealistas de ser y descubrir la flexibilidad y alegría en nuestra vida. A medida que se desarrolla la madurez, ésta proporciona amor al corazón. la comodidad y la compasión se convierten en nuestro movimiento natural.

Cuando hace unas pocas décadas la espiritualidad oriental comenzó a estar de moda, su práctica fue inicialmente idealista y romántica. La gente solía utilizar la espiritualidad para experimentar estados de consciencia extraordinarios. existían las creencias en maestros perfectos y enseñanzas completas y maravillosas que, al ser seguidas, conducirían a la iluminación y a cambiar el mundo. Esto lo llamaba mi maestro Shi DeChao como "materialismo espiritual". Al acoger los rituales, las costumbres y la filosofía de las tradiciones espirituales, la gente intentaba huir de sus vidas cotidianas y convertirse por arte de magia en seres espirituales.

Poco a poco la gente se fue dando cuenta de que la espiritualidad parecía exigir más que proporcionar, y que, detrás de todo logro había una profunda y ardua práctica, que solo con el tiempo acababa dando sus frutos.