Filosofía Shaolin
Técnicas extraordinarias para liberar toda la energía del cuerpo y la mente
Cuando practicamos las artes marciales de Shaolin, es de vital importancia entrenar la mente, tanto como capacitamos nuestros cuerpos para ser más fuertes, resistentes y elásticos. Creemos que somos dueños de nuestra mente, que la controlamos, pero esto no suele ser así. Cuando nuestra mente dice que quiere chocolate, aunque sepamos que no debemos tomarlo, lo siguiente que observamos es que estamos comiéndonos una barrita de chocolate. Entonces, ¿Quién es el responsable? ¿Quién o que es lo que controla nuestra voluntad? No podemos culpar la barrita de chocolate, ¿Verdad?
Hace más de dos mil quinientos años, el Buda dijo: "Es nuestra mente la que crea el mundo".
Una mente positiva tiene un impacto positivo en nosotros mismos y, en nuestra familia y amigos y traslada esto al mundo en general. No sé si había chocolate en el tiempo del Buda, pero puedo garantizar que nuestra mente seguramente es la misma como es ahora.
En el templo de Shaolin se usan técnicas mentales muy poderosas y de gran alcance que han pasado a nosotros directamente desde el Buda original, que nos ayudan en la formación y desarrollo de nuestro arte marcial. Esto no significa que para practicar Shaolin tengamos que ser necesariamente budistas, pero no cabe duda que utilizando algunas de estas técnicas, aprendemos a controlar la mente, lo que nos ayuda a acercarnos a la práctica profunda con otra visión. Los resultados son pronto visibles y de mucho mayor alcance.
Mente y cuerpo resistente
Cuando yo estudiaba en el Templo Shaolin, empezamos cada mañana con una carrera agotadora subiendo la montaña Songshan hacia la cueva de Bodhidharma, y luego de vuelta por la colina hasta el templo, donde comenzaría el entrenamiento de nuestro arte marcial.
Muchas mañanas me sentía perezoso o estaba agotado y lo último que quería hacer era correr por la montaña, pero nuestro maestro nos seguía palo en mano y el que era demasiado lento, se llevaba algunos palos.
Con el paso del tiempo, me di cuenta de que en muchas ocasiones no era el cuerpo el que estaba cansado, sino que era la mente que decidía que lo estaba. Y el maestro estaba allí, no solo para golpearnos el cuerpo, sino para despertar la resistencia de nuestra mente. Esa presión psicológica, que aquí en occidente pocos soportarían o ni siquiera comprenderían, era la que nos “golpeaba” la mente y nos hacía superar los límites que creíamos tener.
En el entrenamiento de Shaolin es de vital importancia el desarrollo de los dos tipos de resistencia – de la mente y del cuerpo. La mente de un artista marcial es de suma importancia en todos los sentidos. Tenemos que desarrollar una mente tan flexible y fuerte como lo puede llegara a ser el cuerpo.
Super Humanos
Mirando hacia atrás sobre mi formación, me doy cuenta de que fue mi mente la que me mantuvo en la práctica, en lugar de mi cuerpo. El duro trabajo del Qi-gong de la camisa de hierro, es un buen ejemplo de ello. Cuando comencé esta formación, dudaba si realmente era posible romper un ladrillo o una barra de hierro sin sentir dolor alguno. Me di cuenta de que esas dudas y miedos estaban en mi mente, no en mi cuerpo. Y por supuesto no era posible hacerlo sin la instrucción de técnicas especiales. Sería como tratar de encontrar una calle en una ciudad extraña, sin disponer ni de mapa ni de guía que nos oriente.
Pero con un entrenamiento correcto, nuestro cuerpo puede superar los límites de lo que nuestra mente cree posible. En ocasiones alguna gente ha llamado a los monjes “superhombres”, pero esto obviamente no es así; somos tan humanos como cualquiera, solo que sabemos como entrenar nuestro cuerpo físico y, lo que es más importante, nuestra mente.
Una fusión de cuerpo y mente
Creo que esto es lo que casi todas las artes marciales son, una extraordinaria fusión de mente y cuerpo. Y los monjes de Shaolin lo primero que hacen con su cuerpo es comprender su funcionamiento y desde ahí, comenzar a formarlo, como si de una carrera se tratara. No creo que ningún artista marcial pueda alcanzar ningún nivel de resistencia considerable, si no conoce en detalle el funcionamiento de su cuerpo. Así, muchos se quedan en la superficie, en la estética de la práctica. Pero esto no es un arte marcial, sino deporte.
Cuerpo resistente
Funcionamiento
Cuando corremos y nos cansamos, a veces la causa es nuestra fuerza y otras veces es nuestra respiración. Hay que aprender a aprovechar al máximo el poder de los músculos y hacer que la respiración vaya acompasada con los movimientos. No es necesario contar los pasos ni las respiraciones, si no tratar de entrar en un ritmo, para que los pasos estén en sintonía con nuestra respiración. Otro aspecto importante es saber variar conscientemente nuestra velocidad, de manera que a veces estemos realizando ejercicio aeróbico y otras anaeróbico.
Por ejemplo podemos iniciar la carrera tranquila con cinco minutos para calentar, luego realizar durante dos minutos un sprint a máxima velocidad, seguido de dos minutos de carrera lenta de recuperación y seguir con otros cinco minutos de carrera normal. Esto es un entrenamiento habitual en Shaolin.
De manera habitual y rutinaria, habría que incluir carreras por terrenos irregulares, es decir colinas y cuestas, lo que incrementará considerablemente la resistencia física y mental. Subir y bajar escaleras es un buen complemento.
Larga Distancia
También tenemos que hacer por lo menos una carrera de larga distancia a la semana. Pero aunque podamos correr ocho o diez kilómetros, esto no significa que tengamos buena resistencia para las artes marciales. La única manera de conseguir esto es seguir una vez que hayamos terminado de correr. Esta es la razón por la que en Shaolin, todos los alumnos comienzan el día con un recorrido por la montaña para luego seguir con el entrenamiento específico.
Templo de Formación
La carrera es tan sólo un calentamiento, una preliminar. Nuestro cuerpo está caliente y ahora comenzamos la formación y práctica de nuestro verdadero arte marcial. Es de vital importancia que impliquemos nuestra mente, nuestra atención mientras corremos. Especialmente correr por la montaña hace que los músculos de las piernas se fortalezcan y se pongan muy duros, por lo que luego hay que realizar un montón de patadas para aflojar y relajar la tensión de esa musculatura. Se comienza realizando series de patadas relajadas y puñetazos, siguiendo un método preciso que varía en función del trabajo técnico a realizar. También podemos realizar algunos ejercicios de saltos o patadas en salto para fortalecer las piernas de manera dinámica.
En el Templo Shaolin no tenemos otra opción. Nunca se les permite a los monjes quedarse en la cama. Pero aquí, en Occidente, tenemos muchas opciones, muchas distracciones. Tenemos lo que se llama en budismo, una mente dispersa. Podemos empezar con mucho entusiasmo pero a lo mejor un día llueve o nos sentimos demasiado cansados o si hay una película muy interesante en el cine o no tenemos suficiente tiempo. Aquí es cuando entra en juego el control de la mente resistente.
Mente resistente
Meditación
Cuando estamos en el templo, todos los monjes practican la meditación. Mucha gente piensa que la meditación consiste en quedarse sentado en el suelo en una posición de piernas cruzadas y tratar de vaciar nuestra mente de todo pensamiento, pero esto no es la meditación, es algo parecido a estar muerto. Hay muchos tipos y métodos de meditación, pero creo que la gente se complica demasiado las cosas. Se complican la vida con ideas extrañas y dispersas que no conducen a nada positivo. Muchos creen que con decirse a sí mismo “bueno, voy a estar tranquilo”, mientras cierran los ojos, ya está todo hecho. Pero en cuanto cierran los ojos aparecen una avalancha de pensamientos erráticos que se hacen fuertes y perturban sus mentes continuamente. Así muchos abandonan la práctica muy pronto, desalentados por esta experiencia.
Los pensamientos son pensamientos y surgen espontáneamente sin cesar. Es lo que hacemos con la idea de esos pensamientos lo que es importante. Es la forma en que reaccionamos. Hay muchas maneras de meditar, y una forma de hacerlo es meditar con pensamientos positivos. Esto le dará energía a nuestra mente.
Ejecución de la meditación
No tiene que sentarse a hacer esto, pero lo podemos hacer cuando nos encontramos cansados. Cuando nos sentimos cansados, podemos dedicar nuestra carrera o nuestro ejercicio. Por ejemplo, podemos decir; Quiero correr diez minutos por la paz o diez minutos para mi abuelo que está enfermo, o diez minutos para que mi amigo, que se sentía deprimido hoy, pueda mejorar. Podemos dedicar todo lo que hagamos por el bien de los demás, y esto desvía la atención de la pequeñez de nosotros y hace que de alguna manera hagamos algo positivo por el resto del mundo.
Mabu – posición del caballo
La otra cosa que podemos hacer para ayudar con la energía de nuestra mente, es una práctica de posturas diferentes. Por ejemplo podemos practicar la postura del caballo. Bajamos la posición todo lo posible, así rápidamente nos cansaremos, comenzando la lucha de la mente con el cuerpo. Hay que resistir cada vez un poco más, pensando que, cuando parece que no podemos aguantar más, sigamos unos segundos más, repitiendo ese proceso. Es la misma situación que con el chocolate, es nuestro control sobre la mente la que decide.
Debemos perseverar cada día en el entrenamiento de este ejercicio, comenzando con 2 a 5 minutos, hasta alcanzar los 20 minutos con facilidad.
Ya eres lo que quieres llegar a ser
Otra técnica del método de entrenamiento de la mente que podemos aplicar a nuestro entrenamiento en artes marciales, es comprender lo innecesario de los objetivos. Este es uno de los cuatro sellos del Dharma en el budismo Ch'an (Zen). Esto significa: Ya comprendemos lo que queremos llegar a ser, porque ya lo somos. ¿Un árbol que tiene que hacer algo? El propósito de un árbol es de ser un árbol. No tiene que plantearse nada. Es lo que es. Nosotros somos lo que somos. Ya lo llevamos dentro.
Ya lo tenemos todo. No hay necesidad de ponerse nada delante y seguirlo ciegamente. Por lo tanto, sea lo que sea que buscas o que quieres ser – una buena salud, más energía o ser un artista marcial excepcional – el potencial ya lo tienes, solo has de saber sacarlo fuera.
Llevar esta comprensión de la práctica a todo lo que hacemos, lo enriquece enormemente, ya sea nuestra práctica del kung-fu, del Qi-gong, la meditación o nuestra vida laboral o familiar. Nos ayuda a dejar de poner nuestra vida en situación de espera; a esperar que las cosas ocurran en el futuro, cuando tengamos otras circunstancias, tengamos más tiempo o estemos menos ocupados.
Sólo existe el ahora
No hay tiempo futuro, sólo existe el ahora. Y ahora es el momento más importante y único que tenemos. Ahora, es el elemento fundamental para el futuro. En lugar de ir a la deriva en el futuro de "si" y "cuándo", nos centramos en el único punto del ahora. No esperes a empezar un entrenamiento más tarde, hazlo ahora mismo porque es el único momento posible de hacerlo.
Kung Fu y Chan
En las clases de nuestra escuela, trato de enseñar esa unión de mente (Ch’an) y cuerpo (Kung-fu), como un tándem inseparable que conduce a superarse continuamente. Una unión que es imprescindible para ser resistentes, no solo en la práctica del arte marcial, si no fuertes de mente y cuerpo ante las adversidades de la vida, que es donde se manifiesta hoy en día el espíritu guerrero de Shaolin.
El Kung-fu de Shaolin nos ayuda a alcanzar y desarrollar el máximo potencial humano en nosotros mismos, algo con lo que antes solo podíamos soñar. Creo que con el enfoque correcto y la motivación adecuada, podemos usar nuestras artes marciales para traer a nuestra vida integridad, salud y la satisfacción interior que muchos buscamos.
Cuando practicamos las artes marciales de Shaolin, es de vital importancia entrenar la mente, tanto como capacitamos nuestros cuerpos para ser más fuertes, resistentes y elásticos. Creemos que somos dueños de nuestra mente, que la controlamos, pero esto no suele ser así. Cuando nuestra mente dice que quiere chocolate, aunque sepamos que no debemos tomarlo, lo siguiente que observamos es que estamos comiéndonos una barrita de chocolate. Entonces, ¿Quién es el responsable? ¿Quién o que es lo que controla nuestra voluntad? No podemos culpar la barrita de chocolate, ¿Verdad?
Hace más de dos mil quinientos años, el Buda dijo: "Es nuestra mente la que crea el mundo".
Una mente positiva tiene un impacto positivo en nosotros mismos y, en nuestra familia y amigos y traslada esto al mundo en general. No sé si había chocolate en el tiempo del Buda, pero puedo garantizar que nuestra mente seguramente es la misma como es ahora.
En el templo de Shaolin se usan técnicas mentales muy poderosas y de gran alcance que han pasado a nosotros directamente desde el Buda original, que nos ayudan en la formación y desarrollo de nuestro arte marcial. Esto no significa que para practicar Shaolin tengamos que ser necesariamente budistas, pero no cabe duda que utilizando algunas de estas técnicas, aprendemos a controlar la mente, lo que nos ayuda a acercarnos a la práctica profunda con otra visión. Los resultados son pronto visibles y de mucho mayor alcance.
Mente y cuerpo resistente
Cuando yo estudiaba en el Templo Shaolin, empezamos cada mañana con una carrera agotadora subiendo la montaña Songshan hacia la cueva de Bodhidharma, y luego de vuelta por la colina hasta el templo, donde comenzaría el entrenamiento de nuestro arte marcial.
Muchas mañanas me sentía perezoso o estaba agotado y lo último que quería hacer era correr por la montaña, pero nuestro maestro nos seguía palo en mano y el que era demasiado lento, se llevaba algunos palos.
Con el paso del tiempo, me di cuenta de que en muchas ocasiones no era el cuerpo el que estaba cansado, sino que era la mente que decidía que lo estaba. Y el maestro estaba allí, no solo para golpearnos el cuerpo, sino para despertar la resistencia de nuestra mente. Esa presión psicológica, que aquí en occidente pocos soportarían o ni siquiera comprenderían, era la que nos “golpeaba” la mente y nos hacía superar los límites que creíamos tener.
En el entrenamiento de Shaolin es de vital importancia el desarrollo de los dos tipos de resistencia – de la mente y del cuerpo. La mente de un artista marcial es de suma importancia en todos los sentidos. Tenemos que desarrollar una mente tan flexible y fuerte como lo puede llegara a ser el cuerpo.
Super Humanos
Mirando hacia atrás sobre mi formación, me doy cuenta de que fue mi mente la que me mantuvo en la práctica, en lugar de mi cuerpo. El duro trabajo del Qi-gong de la camisa de hierro, es un buen ejemplo de ello. Cuando comencé esta formación, dudaba si realmente era posible romper un ladrillo o una barra de hierro sin sentir dolor alguno. Me di cuenta de que esas dudas y miedos estaban en mi mente, no en mi cuerpo. Y por supuesto no era posible hacerlo sin la instrucción de técnicas especiales. Sería como tratar de encontrar una calle en una ciudad extraña, sin disponer ni de mapa ni de guía que nos oriente.
Pero con un entrenamiento correcto, nuestro cuerpo puede superar los límites de lo que nuestra mente cree posible. En ocasiones alguna gente ha llamado a los monjes “superhombres”, pero esto obviamente no es así; somos tan humanos como cualquiera, solo que sabemos como entrenar nuestro cuerpo físico y, lo que es más importante, nuestra mente.
Una fusión de cuerpo y mente
Creo que esto es lo que casi todas las artes marciales son, una extraordinaria fusión de mente y cuerpo. Y los monjes de Shaolin lo primero que hacen con su cuerpo es comprender su funcionamiento y desde ahí, comenzar a formarlo, como si de una carrera se tratara. No creo que ningún artista marcial pueda alcanzar ningún nivel de resistencia considerable, si no conoce en detalle el funcionamiento de su cuerpo. Así, muchos se quedan en la superficie, en la estética de la práctica. Pero esto no es un arte marcial, sino deporte.
Cuerpo resistente
Funcionamiento
Cuando corremos y nos cansamos, a veces la causa es nuestra fuerza y otras veces es nuestra respiración. Hay que aprender a aprovechar al máximo el poder de los músculos y hacer que la respiración vaya acompasada con los movimientos. No es necesario contar los pasos ni las respiraciones, si no tratar de entrar en un ritmo, para que los pasos estén en sintonía con nuestra respiración. Otro aspecto importante es saber variar conscientemente nuestra velocidad, de manera que a veces estemos realizando ejercicio aeróbico y otras anaeróbico.
Por ejemplo podemos iniciar la carrera tranquila con cinco minutos para calentar, luego realizar durante dos minutos un sprint a máxima velocidad, seguido de dos minutos de carrera lenta de recuperación y seguir con otros cinco minutos de carrera normal. Esto es un entrenamiento habitual en Shaolin.
De manera habitual y rutinaria, habría que incluir carreras por terrenos irregulares, es decir colinas y cuestas, lo que incrementará considerablemente la resistencia física y mental. Subir y bajar escaleras es un buen complemento.
Larga Distancia
También tenemos que hacer por lo menos una carrera de larga distancia a la semana. Pero aunque podamos correr ocho o diez kilómetros, esto no significa que tengamos buena resistencia para las artes marciales. La única manera de conseguir esto es seguir una vez que hayamos terminado de correr. Esta es la razón por la que en Shaolin, todos los alumnos comienzan el día con un recorrido por la montaña para luego seguir con el entrenamiento específico.
Templo de Formación
La carrera es tan sólo un calentamiento, una preliminar. Nuestro cuerpo está caliente y ahora comenzamos la formación y práctica de nuestro verdadero arte marcial. Es de vital importancia que impliquemos nuestra mente, nuestra atención mientras corremos. Especialmente correr por la montaña hace que los músculos de las piernas se fortalezcan y se pongan muy duros, por lo que luego hay que realizar un montón de patadas para aflojar y relajar la tensión de esa musculatura. Se comienza realizando series de patadas relajadas y puñetazos, siguiendo un método preciso que varía en función del trabajo técnico a realizar. También podemos realizar algunos ejercicios de saltos o patadas en salto para fortalecer las piernas de manera dinámica.
En el Templo Shaolin no tenemos otra opción. Nunca se les permite a los monjes quedarse en la cama. Pero aquí, en Occidente, tenemos muchas opciones, muchas distracciones. Tenemos lo que se llama en budismo, una mente dispersa. Podemos empezar con mucho entusiasmo pero a lo mejor un día llueve o nos sentimos demasiado cansados o si hay una película muy interesante en el cine o no tenemos suficiente tiempo. Aquí es cuando entra en juego el control de la mente resistente.
Mente resistente
Meditación
Cuando estamos en el templo, todos los monjes practican la meditación. Mucha gente piensa que la meditación consiste en quedarse sentado en el suelo en una posición de piernas cruzadas y tratar de vaciar nuestra mente de todo pensamiento, pero esto no es la meditación, es algo parecido a estar muerto. Hay muchos tipos y métodos de meditación, pero creo que la gente se complica demasiado las cosas. Se complican la vida con ideas extrañas y dispersas que no conducen a nada positivo. Muchos creen que con decirse a sí mismo “bueno, voy a estar tranquilo”, mientras cierran los ojos, ya está todo hecho. Pero en cuanto cierran los ojos aparecen una avalancha de pensamientos erráticos que se hacen fuertes y perturban sus mentes continuamente. Así muchos abandonan la práctica muy pronto, desalentados por esta experiencia.
Los pensamientos son pensamientos y surgen espontáneamente sin cesar. Es lo que hacemos con la idea de esos pensamientos lo que es importante. Es la forma en que reaccionamos. Hay muchas maneras de meditar, y una forma de hacerlo es meditar con pensamientos positivos. Esto le dará energía a nuestra mente.
Ejecución de la meditación
No tiene que sentarse a hacer esto, pero lo podemos hacer cuando nos encontramos cansados. Cuando nos sentimos cansados, podemos dedicar nuestra carrera o nuestro ejercicio. Por ejemplo, podemos decir; Quiero correr diez minutos por la paz o diez minutos para mi abuelo que está enfermo, o diez minutos para que mi amigo, que se sentía deprimido hoy, pueda mejorar. Podemos dedicar todo lo que hagamos por el bien de los demás, y esto desvía la atención de la pequeñez de nosotros y hace que de alguna manera hagamos algo positivo por el resto del mundo.
Mabu – posición del caballo
La otra cosa que podemos hacer para ayudar con la energía de nuestra mente, es una práctica de posturas diferentes. Por ejemplo podemos practicar la postura del caballo. Bajamos la posición todo lo posible, así rápidamente nos cansaremos, comenzando la lucha de la mente con el cuerpo. Hay que resistir cada vez un poco más, pensando que, cuando parece que no podemos aguantar más, sigamos unos segundos más, repitiendo ese proceso. Es la misma situación que con el chocolate, es nuestro control sobre la mente la que decide.
Debemos perseverar cada día en el entrenamiento de este ejercicio, comenzando con 2 a 5 minutos, hasta alcanzar los 20 minutos con facilidad.
Ya eres lo que quieres llegar a ser
Otra técnica del método de entrenamiento de la mente que podemos aplicar a nuestro entrenamiento en artes marciales, es comprender lo innecesario de los objetivos. Este es uno de los cuatro sellos del Dharma en el budismo Ch'an (Zen). Esto significa: Ya comprendemos lo que queremos llegar a ser, porque ya lo somos. ¿Un árbol que tiene que hacer algo? El propósito de un árbol es de ser un árbol. No tiene que plantearse nada. Es lo que es. Nosotros somos lo que somos. Ya lo llevamos dentro.
Ya lo tenemos todo. No hay necesidad de ponerse nada delante y seguirlo ciegamente. Por lo tanto, sea lo que sea que buscas o que quieres ser – una buena salud, más energía o ser un artista marcial excepcional – el potencial ya lo tienes, solo has de saber sacarlo fuera.
Llevar esta comprensión de la práctica a todo lo que hacemos, lo enriquece enormemente, ya sea nuestra práctica del kung-fu, del Qi-gong, la meditación o nuestra vida laboral o familiar. Nos ayuda a dejar de poner nuestra vida en situación de espera; a esperar que las cosas ocurran en el futuro, cuando tengamos otras circunstancias, tengamos más tiempo o estemos menos ocupados.
Sólo existe el ahora
No hay tiempo futuro, sólo existe el ahora. Y ahora es el momento más importante y único que tenemos. Ahora, es el elemento fundamental para el futuro. En lugar de ir a la deriva en el futuro de "si" y "cuándo", nos centramos en el único punto del ahora. No esperes a empezar un entrenamiento más tarde, hazlo ahora mismo porque es el único momento posible de hacerlo.
Kung Fu y Chan
En las clases de nuestra escuela, trato de enseñar esa unión de mente (Ch’an) y cuerpo (Kung-fu), como un tándem inseparable que conduce a superarse continuamente. Una unión que es imprescindible para ser resistentes, no solo en la práctica del arte marcial, si no fuertes de mente y cuerpo ante las adversidades de la vida, que es donde se manifiesta hoy en día el espíritu guerrero de Shaolin.
El Kung-fu de Shaolin nos ayuda a alcanzar y desarrollar el máximo potencial humano en nosotros mismos, algo con lo que antes solo podíamos soñar. Creo que con el enfoque correcto y la motivación adecuada, podemos usar nuestras artes marciales para traer a nuestra vida integridad, salud y la satisfacción interior que muchos buscamos.
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