La fuerza de la vida

La fuerza de la vida

Vivimos en un universo de energía dinámica, en constante cambio, y que podemos sentir e intuir.

Podemos proyectar, canalizar y dirigir nuestra energía si enfocamos nuestra atención en la dirección deseada, porque, donde va la atención, va la energía.

Con demasiada frecuencia los seres humanos se desconectan de la fuente que les da fuerza y vitalidad. Al sentirse débiles e inseguros, con el fin de conseguir energía, tienden a manipular y forzar a otras personas para que les presten su atención y así nos den su energía. Así parece uno sentirse más poderoso, pero los dominados se debilitan y notan la pérdida de energía, aunque no comprenden muy bien que les ocurre. Así llegan a adoptar una actitud de defensa y lucha constante, creando el terreno de la competencia por la escasa energía humana que origina la mayoría de los conflictos entre los seres humanos.

La fuerza de la vida, como fuente de energía y vitalidad para el ser humano, está dentro de ti. No afuera.

La comprensión profunda y real del funcionamiento de la naturaleza te da la conexión con la fuente de energía y vitalidad, lo que llamamos “la chispa de la vida”.

¿Cómo conseguir el éxito en esta tarea? – Activando nuestra capacidad de satisfacer nuestras necesidades con facilidad y sin esfuerzo. Considerándolo como un viaje, no como un destino o meta a alcanzar. Para disfrutar durante el viaje de bienestar, vitalidad, entusiasmo, relaciones saludables, libertad creativa, estabilidad sentimental, emocional y psicológica.

La fuerza de la vida, es la esencia de nuestro ser auténtico; alegría, libertad, silencio, creatividad, equilibrio y dicha. Es infinita y permanente.

Vivir con nuestra personalidad adquirida, auto-imagen y Ego, que se nutre de la aprobación de los demás y genera inseguridad y temor, es el camino equivocado, que conduce a la infelicidad. De esta manera, desarrolla el poder, que está limitado por el tiempo, y el control sobre las personas, cosas y circunstancias exteriores. Pero el exterior se mueve y cambia. Es in-permanente. Eso provoca que nuestros pensamientos, sentimientos y conducta, se basen en el miedo.

Hay que vivir con nuestro ser auténtico, que se basa en la fuerza de la vida, y que crea estabilidad sentimental, emocional y psicológica. Nos proporciona bienestar y tranquilidad, haciéndonos sentir inmunes a las críticas y alabanzas, y aun así, respeta a todas las personas y cosas. Aporta claridad en la visión de los aspectos de nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Ayuda a producir una sanación total, liberando nuestra creatividad en todos los sentidos donde llevamos nuestra atención. Nos libera del miedo con la fuerza de la vida infinita y eterna.

Tres formas de conectar con la fuerza de la vida son:

1. – 30 minutos de práctica del silencio interior al amanecer y al atardecer, lo que crea la quietud y el espacio que fortalece y amplía la conexión.

2. – La ausencia de juicios de valor (evaluar, analizar, etiquetar, y clarificar constantemente), son actividades de la mente que comprimen el hueco o vacío entre pensamientos. Ese espacio silencioso de quietud que favorece la conexión y calma la mente.

3. – Pasar un rato cada día en contacto con la naturaleza, que nos inspira con su fuerza, su inteligencia y desarrolla nuestra creatividad. Nos hace sentir la unión con la esencia más íntima de nuestro ser, lleno de magia, misterio y encanto.

El quantum es la unidad básica de la materia y la energía. Es una partícula entre 10 y 100 millones de veces más pequeña que el átomo. En este nivel es donde la materia y la energía no pueden intercambiarse, pues son una sola cosa. Aquí comienza la verdadera y completa sanación de Cuerpo – Mente – Espíritu. Cuando le prestas tu atención. Es la partícula que compone la esencia de nuestro ser; la que nos enseña que estamos interconectados todos los seres, cosas y circunstancias.

Así, la sanación completa depende de nuestra capacidad de dejar de luchar. Sanar una enfermedad se logra trascendiendo toda emoción, todo pensamiento y transformándose en el testigo silencioso del proceso. Este discernimiento produce una mutación de la conciencia que cambia radicalmente la materia de nuestro cuerpo.

No corras detrás de las necesidades de la vida, es suficiente con permanecer en silencio, alerta y conscientes de ellas.